Jefe/a no estoy de acuerdo contigo

Se buscan Valientes. Personas que estén decididas a mostrar opiniones diferentes y que aporten una visión distinta a lo habitual. Se buscan discrepantes, personas que no estén de acuerdo con el Status Quo. Se buscan troyanos, personas que quieran cambiar la organización desde dentro. Se buscan pensantes y que puedan otorgar otro punto de vista.
¿Te imaginas que una oferta laboral comenzase así?
En las organizaciones la palabra del Responsable siempre es escuchada (no ocurre siempre así con las personas del equipo) y en muchas ocasiones “obedecida” sin cuestionarse.

Existe un miedo laboral a las consecuencias de discrepar con tu superior directo. La seguridad laboral que nos da el no poner en cuestionamiento lo que dice la persona que tiene en su mano mi futuro laboral en la empresa, es una pandemia extendida en muchas organizaciones.
¿Pero qué pasaría si instaláramos una cultura de la discrepancia argumentada en las compañías?. Se trataría de afrontar un modelo donde se permite no compartir la opinión del responsable, siempre que se hiciera educadamente, y con argumentos desarrollados. No se trataría de estar en desacuerdo porque si, sino hacerlo de manera reflexiva, y sin el miedo a represalias.
Cuando esa cultura del NO miedo se asienta en una organización se abre la puerta a nuevas ideas, y posiblemente nuevas posibilidades no contempladas cuando existe una cultura del miedo y del Silencio.
Siempre que se guarden unas reglas básicas el avance en la toma de decisiones se amplía mucho más. Estas reglas con las siguientes:

  • No faltar el respeto: Se puede no estar de acuerdo, pero no es necesario ofender o dejar en mal lugar a la otra persona. Esto vale tanto verticalmente, de arriba abajo y de abajo a arriba, como con el resto de personas.

  • Las discrepancia personales se deben resolver en privado: Como ya he comentado en más de una ocasión, cuando haces alguna observación personal en público, la posibilidad de que aumente cuantitativa y cualitativamente el rencor de la persona dejada en evidencia se multiplica. Cualquier observación personal se debe tratar en privado y con la mayor tranquilidad posible

  • Se debe argumentar: No estoy de acuerdo y ya esta no vale. Debemos saber explicar los motivos de nuestra discrepancia, y apoyado en datos o razones objetivas que puedan desarrollar una conversación más profunda en la búsqueda de alternativas

  • No enfrascarse en conversaciones en bucle: Cuando la discrepancia da lugar a conversaciones cruzadas con argumentos inamovibles, se debe salir de esa situación, o bien dando voz a otras personas, o bien pudiendo aparcar la conversación para más adelante, cuando se haya reflexionado. Es mejor poder aplazar un enfrentamiento dialéctico, a que este vaya a más y se genere un conflicto con heridas irrecuperables

En una organización del trabajo donde las empresas cada vez son más planas y horizontales, y donde los managers no tienen el mayor conocimiento, el poder desarrollar una cultura de la discrepancia, para poder alcanzar mejores acuerdo, seguramente da mayor ventaja competitiva a la compañía que lo permita.
Y tú, ¿estás dispuesto a permitir el desacuerdo en tu organización?
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