Tirar la Vaca. ¿La tiras tu o esperas que te la tiren?

Con motivo del visionado de un video de una conferencia de Miguel Angel Cornejo en Mexico sobre “Tirar la Vaca” me puse a reflexionar las veces que me han obligado a “tirar la vaca” para que se produjeran cambios en mi vida. Te dejo primero el video para luego continuar las reflexiones
Tirar la vaca
Lo primero que me vino a mi memoria es mi primera entrevista de trabajo. Recién salido de la universidad y terminado el servicio militar me disponía a encontrar trabajo en un momento, el año 1994, donde España sufría una gran crisis económica (¿te suena?) y las cotas de desempleo eran bastante altas. Los jóvenes sin experiencia teníamos grandes dificultades para encontrar trabajo, aunque estábamos mejor preparados que la generación inmediatamente anterior, ya que empezábamos a dominar la tecnología, hablábamos algo de Ingles, y teníamos una mentalidad abierta para cambiar el mundo. A través del Colegio de Sociólogos me consiguieron una entrevista para FCC. El departamento de Recursos Humanos había acudido al Colegio para que le enviara recién licenciados para el área de Relaciones Laborales. Se lo comenté a un compañero que había estudiado la carrera conmigo, y también le citaron para una entrevista. Por aquel entonces yo no consideraba a mi amigo un competidor, al contrario, íbamos juntos para ver si nos podían coger a alguno de los dos, ¡¡¡o a los dos¡¡¡ pensé en aquel momento.
El puesto en cuestión estaba relacionado con el seguimiento de Convenios Colectivos de todas las empresas del Grupo (creo que eran veintitantos convenios distintos) y la implantación de las condiciones del convenio en los distintos centros de trabajo, así como auxiliar al trabajador ante las dudas sobre sus derechos y obligaciones según el convenio, y hacer que los mandos intermedios pudieran medios para el cumplimiento en las materias distintas, con especial hincapié en el ámbito de Prevención de Riesgos Laborales e higiene en el trabajo. Acudí a la entrevista con una ilusión tremenda, era mi primera entrevista de trabajo. Me explicaron el puesto pero yo quería “brindarles mi actuación”, por lo que di poca importancia a la explicación dada sobre las funciones que tenía que acometer. Hable y expuse mi persona,  lo activo y dinámico que era (¿y soy?), la actitud que tengo frente a las relaciones sociales, la capacidad de empanizar, como me gusta afrontar los retos, mi gran dinamismo…. Casi una hora de “actuación” donde salí de la sala “como una moto”. Mi amigo entro posteriormente. Le espere inquieto. Estuvo algo menos de tiempo, y también salió contento. Cuando confrontamos las preguntas que nos habían realizado me dijo que se habían centrado en algunos programas informáticos que el dominaba, sobre nóminas y relaciones laborales. ¡¡¡Si a mí no me habían preguntado nada de eso¡¡¡. No le di importancia. Me consideraba el ganador del puesto sin lugar a dudas. A los pocos días me sorprendió la llamada de mi amigo anunciándome que le habían seleccionado para el puesto y que empezaba a trabajar en esa semana. ¡¡¡No entendía nada¡¡¡. Si mi amigo, al cual aprecio, era un soso y no tenia “sangre”, como le podían haber cogido. A eso uní un sentimiento de estupidez propia por haberle dicho a mi amigo que se presentara para el puesto. ¡¡¡¡Me había puesto un competidor¡¡¡. Ese primer contratiempo me costó entenderlo.
Seguí quedando con mi amigo a lo largo de los siguientes meses, para ver que tal su nuevo puesto. Como vio en mi algo de resquemor por no haber sido el elegido, en uno de nuestros encuentros me dijo: “Angel, ese puesto no era para ti. El trabajo es muy administrativo y estamos la mayoría del tiempo leyendo e interpretando convenios colectivos. Tu eres una persona muy inquieta, te hubieras aburrido enseguida”. Interprete sus palabras como condescendientes y no me consolaron. Tuvo que ser en experiencias posteriores cuando me diera cuenta de que la vida te tiene reservada cosas para lo que tú Eres.
En otra de mis entrevistas posteriores, ya estando trabajando como Comercial, me encontré con una empresa de “Relaciones Laborales”. Su nombre es Gestolasa y aún sigue con sus actividades. Corría el año 97 cuando un Consultor me llamo para la entrevista. Hoy sigo manteniendo amistad con esa persona, ya que después de esa entrevista tuvo a bien, y se lo agradezco infinito, el seguir la relación conmigo, aunque no fuera seleccionado. Antonio Ruiz (www.aruizcoaching.com ) me atendió amablemente explicándome el puesto y lo que esperaban de la persona que lo ejecutara. De nuevo una entrevista larga y muy cordial, donde salí realmente contento. Y de nueva una decepción. Esta vez una llamada de Antonio donde me confirmo que había seleccionado a otra persona, y que le había causado una buenísima impresión personal, y que contaría conmigo para cualquier otro puesto y para mantener la relación personal. De nuevo sonaron en mi cabeza las palabras como consuelo inútil y veía al interlocutor como condescendiente. ¡¡¡Bendita juventud¡¡¡ Qué cosas tan buenas nos da y que ciegos y sordos ante ciertas experiencias. Hace poco en un Evento en el que coincide con Antonio me presento a un amigo suyo que le acompañaba. En nuestra conversación le dije que Antonio no me había seleccionado para este proceso. Antonio intervino rápidamente para decirme “Quizás porque no te seleccione para ese puesto, tu pudiste montar tus proyectos empresariales. Si te hubiera seleccionado es posible que ahora tu vida fuera muy distinta. ¿No crees?”. Tocado y hundido querido Antonio
Tuve que tener otra experiencia en un puesto como Research (el que investiga y llama a los candidatos en una Headhunter), donde tampoco fui seleccionado. Esta vez la explicación me satisfizo mucho más. El Consultor que no me selecciono me dijo en su llamada “Tu eres alguien con un gran potencial comercial, y yo necesito alguien que quiera ser Research. Te hubieras aburrido al poco y me hubieras demandado ser Consultor y tratar con Clientes al poco tiempo, y eso no es lo que ahora necesito. Tus capacidades son muy buenas. Céntrate en un puesto que se relacione con Clientes”. Vaya, me marco el camino que debía continuar. Seguí su consejo y llegue a formar una cartera de clientes importante en las empresas para las que trabaje. Hoy en día muchas de esas personas son clientes en mis proyectos empresariales.
Con el tiempo todo cobra sentido. Mis capacidades personales no tenían nada que ver con lo que había estudiado. Era una persona dinámica atrapado en unos conocimientos que exigían otras cualidades, muchas más relacionadas con la reflexión, la investigación y el estudio pormenorizado. Lejos de mis cualidades como impulsor, dinámico y persona de acción.  Así que deje de chocarme contra la pared de lo que “yo había estudiado” frente a lo que “yo soy”. Hoy sigo escuchando a personas que me dicen que no encuentran trabajo “de lo mío”.
En algunas de las conferencias que imparto a jóvenes universitarios que se van a incorporar a la vida laboral les invito a que reflexionen sobre los condiciones que se autoimponen en muchas ocasiones por sus estudios y experiencias laborales. ¡¡¡¡Es que solo podemos trabajar en aquello que hemos estudiado o en lo que tenemos experiencia laboral¡¡¡. Lamentablemente muchas de las personas están condicionadas por su experiencia laboral que surgen en sus primeros años. Si empiezan en alguna actividad o sector a desarrollarse profesionalmente, quedan estigmatizados para toda la vida y muchos se auto convencen de que solo podrán trabajar en ese sector, puesto o funciones para los que han estado ejercitándose en los últimos tiempos. En ocasiones hay que recordarles que cuando empezaran su vida profesional ¡¡¡partian de cero¡¡¡. No tenían experiencia por lo que tuvieron que desarrollar sus conocimientos profesionales desde la nada, desde la inexperiencia y el desconocimiento, ¡¡¡y salieron adelante¡¡¡
Hace poco uno de mis mejores amigos me decía que la explotación agrícola que había cogido por el fallecimiento de sus padres, estaba abandonada. Nadie quería trabajar en el campo desarrollando tareas que traen consigo un resultado palpable y real. Las explotaciones ganaderas y agrícolas son frecuentemente abandonadas por las generaciones más jóvenes que deciden irse a la ciudad a trabajar en el sector “servicios”. Como comente en mi post En España no se fabrica nada la mayoría de las personas quieren trabajar en una oficina, fresquito en verano y calentito en invierno, donde poder “desarrollarse”. La lamentable perdida en el campo español puede ser definitiva si nadie quiere hacerse cargo de todos estos proyectos.
Vivimos tiempos donde la Seguridad prima sobre otros factores. La Hipoteca, el colegio de los niños, el poder irnos de vacaciones, el tener productos de consumo,… nos hace que nos de Miedo “tirar la vaca”. Esa Falsa Seguridad que se derrumba cuando nuestras empresas realizan despidos masivos, cuando perdemos nuestro puesto de trabajo, creyendo que hemos perdido la esencia de nuestra Ser. Que ya no valemos para nada. Cuando nos chocamos contra la pared de “no encuentro trabajo de lo mío”, es cuando, en nuestra desesperanza, vemos la oscuridad. No nos damos cuenta que alguien “nos ha tirado la vaca” y que es posible que nos haya hecho un favor para toda nuestra vida.
¿Qué vas a hacer si te han tirado la vaca? ¿Estás dispuesto tu a tirar tu vaca para cambiar tu vida?. Enfréntate al Miedo cara a cara y dile que esa vaca estaba siendo un obstáculo en tu vida. ¿Te atreves?

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