Yo también fui Becario

Cuando asisto a charlar en algún Centro de Estudios, Instituto, Universidad o Escuela de negocios sobre la incorporación en el mundo laboral con las personas que lo tienen que hacer próximamente, en numerosas ocasiones sale el debate sobre la utilización de “los becarios”.
El mito sobre el abuso de estas personas para “enmascarar” un contrato laboral con tareas que deberían ser remuneradas, se ha cimentado en el “uso fraudulento” que algunas organizaciones han utilizado con la figura de la persona en prácticas, que comúnmente conocemos como becario.
Al igual que no podemos generalizar respecto a si todos los políticos son unos corruptos, todos los banqueros son especuladores, o todas las personas mayores son conservadores, por poner algunos ejemplos, no podemos “demonizar” a todas las organizaciones sobre el uso de personas en prácticas de manera abusiva, ya que la gran mayoría lo hacen de manera correcta.

Hace poco la Revista Observatorio de Recursos Humanos  @ORH_RH que tan acertadamente dirige Maite Saenz sacaba un artículo con esta pregunta ¿Debe ser la Beca una etapa profesional obligatoria?

En mis conversaciones con los más jóvenes les digo que no empecé como Empresario ya que no procedía de ningún negocio familiar, y todos mis proyectos empresariales los inicie de 0. Mis inicios fueron como becario, y en ningún momento pensé que estaban abusando de mí. Al principio era una “carga” para la empresa, ya que no sabia hacer nada, teniendo una base de conocimientos que no me servían para desenvolverme en el mundo laboral, y tutorizandome sobre las prácticas y usos de la empresa. Me dedicaron tiempo y cariño en formarme, y una vez que vieron que me iba desenvolviendo me fueron dando responsabilidades, que algunas llegaron a ser tareas para ayudar a la organización. Algún becario de mi época, ya que éramos varios, se incorporó a la compañía, y otros decidimos cimentar nuestra experiencia en prácticas en esa empresa para encontrar un trabajo en otra empresa.

Durante mi actividad empresarial he contado con muchas personas en prácticas en los diferentes proyectos que he realizado. Algunos de ellos se incorporaron a la compañía, y con el tiempo llegaron a tener cargos de responsabilidad y de dirección de equipos. De nuevo cimentados en el desarrollo profesional por etapas, donde el periodo en practicas servia para iniciar un recorrido profesional de desarrollo. Muchos de “mis becarios” están en puestos de responsabilidad en otras organizaciones, y mantengo con muchos de ellos y ellas una relación estupenda de amistad e inclusive de colaboración profesional, lo que me llena de gran satisfacción personal cuando recordamos esos inicios como “aprendices”.
Por eso soy un defensor de las prácticas en las compañías como inicio de una carrera profesional, independientemente de la edad, ya que alguien que se forma en una actividad distinta, también es posible que tenga que pasar por un periodo de prácticas para cimentar la nueva formación recibida, aunque ya haya trabajado en otras tareas anteriormente.
Todo periodo en prácticas debería reunir una serie de requisitos:

• Un Mentor / Tutor: Es el encargado de acompañar, formar, asesorar y compartir el conocimiento con la persona que se incorpora en practicas en la organización. La elección de esta persona debe ser meditada, ya que es la responsable de poder transmitir la esencia de la empresa, los conocimientos y seguramente del buen uso de las prácticas. Este mentor será recordado seguramente por la persona en toda su carrera profesional, y es sin duda uno de los responsables de la imagen de marca de la compañía, que nos acompañara durante toda la carrera profesional de esas personas en prácticas, y que contribuirán a lo que se dice de nuestra empresa. Debemos ser conscientes de que esas personas que comienzan como “becarios” el día de mañana pueden ser consumidores, clientes, o pueden volver a la organización como talento captado. ¿Es importante dejar una imagen positiva en ellos?

• Una formación: Aunque la persona viene con unos conocimientos, debemos refrendarlos con las prácticas habituales en el puesto que van a desempeñar en las practicas. Un periodo de formación y acompañamiento es básico para que las personas puedan desarrollar tareas poco a poco. Tanto el tutor como otras personas que se pueden ver involucradas, deben acompañar este periodo de formación durante la beca

• Asumir tareas: Poco a poco las personas en prácticas deben asumir tareas y responsabilidades. Al principio deben ser las más sencillas, o aquellas que pueden ser capaces de desarrollar según sus aptitudes y conocimientos. La asunción de responsabilidades mayores debe ser gradual y supervisada. En esta fase debemos ser conscientes y respetuosos con la tolerancia al error, ya que la exigencia no puede basarse en los conocimientos adquiridos, ya que el periodo de aprendizaje trae consigo el error

• Honestidad en el feedback: Las personas en prácticas necesitan recibir feedback, es absolutamente básico para la adquisición de habilidades. Algunos de ellos lo solicitan directamente ¿Lo estoy haciendo bien? es la pregunta más repetida. Pero aunque no lo hagan, debemos darles un feedback profesional, objetivo y honesto, ya que eso es primordial para su desarrollo profesional.

 
La incorporación o no de los becarios, una vez terminado su periodo de prácticas, como contratados laborales, depende de muchas circunstancias. Las organizaciones debemos tener la tranquilidad y seguridad de que hemos cumplido nuestro “pacto” con el becario ofreciendo y recibiendo algo a cambio.

El asunto de si es licito acumular periodos de prácticas seguidos y alargarlos es motivo de otra reflexión en otro artículo.
Sirva este pensamiento compartido como una creencia de los beneficios que tienen los periodos en prácticas. Palabra de ex becario
Y tú ¿Cómo tratas a tus becarios?
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