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¿Por que admiramos?
¿A quién admiras? ¿Por qué razón lo admiras?. Cuando se produce esta pregunta, se reproducen respuestas recurrentes. Personajes (¿indagamos bien en la persona?) con historias fabulosas y cuyo mística trasciende a toda la humanidad.
Gandhi, Teresa de Calcuta, Dalai Lama, …..suelen ser referentes por su impacto en la historia de la humanidad.
Entonces ¿Cuáles son las razones para admirar a alguien?
En nuestra, infancia, adolescencia y juventud, incluso muchos en edad adulta, admiramos a aquellos referentes en el mundo del deporte y de la música, por lo bien que nos lo hacen pasar, por su habilidad técnica, y seguramente por ese espíritu de “Have fun” que perdura desde la época de los gladiadores romanos que se reunían en torno a un coliseo, y hoy en día son grandes coliseos los que albergan grandes conciertos o grandes eventos deportivos.
Además la Televisión ha universalizado a nuestros ídolos y referentes, ya que podemos verlos en todo el planeta, a cualquier hora, y en estado de bucle, repitiéndose una y otra vez a través de los medios audiovisuales.
Esa admiración que proviene de la pasión por lo excitante y lo emocionante, seguramente viene de nuestros ancestros, cuya genética por la competición y los “ganadores” hemos heredado a lo largo de la historia.
Pero en la edad adulta, cuando empezamos a saber que queremos y que no queremos, empezamos a admirar a personajes históricos, pero también a personas cercanas. Es por ello que la admiración deja de ser una idolatría por unos hechos conocidos, sin profundizar en la personalidad de la persona admirada, y gestiona la cercanía de aquella persona cuyos actos son ejemplos para nosotros.
Si profundizamos en las razones por las que admiramos, se repiten unos patrones similares:
- La persona admirada tiene “Éxito”: Este éxito puede ser por logros, por reconocimiento, por ser innovador, o porque ha conseguido acumular riquezas y abundantes logros económicos. Como medimos el éxito tiene una parte material y objetiva. ¿Pero cómo se mide el Éxito personal y subjetivo?. Aquellas personas que han logrado tener una vida plena y feliz, con valores cualitativos, y sin importar la acumulación cuantitativa de bienes materiales. Las personas que admiran cualidades en lugar de riquezas, suelen tener un sentido más emocional de la vida. Si admiramos cuantitativamente personas como Amancio Ortega nos viene a muchos a la cabeza
- La persona admirada es un ejemplo a seguir: Es alguien cuyas cualidades humanas le hacen ser un ejemplo para todos. Suele coincidir con emociones positivas como honestidad, generosidad, valores éticos, cercanía y sobre todo antepone el beneficio de los demás al suyo propio. Son aquellas personas que nos gustaría ser, a los que nos gustaría parecernos, a aquellas que comparamos con nuestros defectos y destacan sus Virtudes. Un posible ejemplo seria Vicente Ferrer, cuya labor en India ha trascendido a todos.
- Suele ser un gran Comunicador: En la era de la información, el Siglo XXI deja que admiremos a aquellos comunicadores que nos emocionan, que nos hacen vibrar, que desprenden poder en sus palabras y que pueden mover masas con unas pocas frases encadenadas. Quien no recuerda frases como I Have a dream, del famosísimo Martin Luther King, que supuso un lema para el fin de la segregación racial en Estados Unidos. A estos grandes comunicadores les etiquetamos como líderes, y es que alguien puede ser admirado sin ser un excelente orador, pero esos casos son menos que los que destacan por su forma de expresarse públicamente. De nuevo los medios audiovisuales nos acercan a estos “admirados”.
- Admiramos a quien cambia las cosas, siendo un Transformador: La realidad que percibimos nos parece difícil de cambiar. Aquellas personas con cuyos actos se produce un cambio radical de una situación mejorable, a vista de todos, suelen ser admirados. Se les cataloga como innovadores y disruptivos (termino de moda últimamente) y lo que suelen hacer es transformar el mundo que conocíamos y ejercer un influjo en muchas personas. Últimamente un ejemplo claro de esto es Steve Jobs, quien a través de la tecnología nos ha llevado a una dimensión inimaginable por la gran mayoría de los humanos, pudiendo alcanzar una sociedad diferente después de su impacto.
Si buscamos personas conocidas o que han trascendido podemos reunir un buen número de nombres. El otro lado de la admiración es la cercanía, aquellas personas que conocemos o hemos conocido en un entorno personal durante un periodo de nuestra vida. Padres, profesores, familiares o amigos suelen encabezar este listado.
En algunas de mis muchas entrevistas de trabajo he detectado la admiración “a posteriori” de personas que no fueron admirados en un momento determinado, pero con la perspectiva del tiempo se le otorga un gran mérito a sus acciones. Algunas personas muestran admiración por sus antiguos jefes o jefas que han marcado su trayectoria profesional. En alguna ocasión se menciona la exigencia y los malos momentos que les hicieron pasar, pero visto en perspectiva, una vez superado ese instante, y con la madurez que da el tiempo y alejamiento de la acción cercana, suelen ver a esos mentores como referentes en su carrera profesional, y cuya admiración les suele mantener el contacto, o bien visualizar una imagen ideal de esa persona.
Y tú ¿Por qué admiras?
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