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Mitos de la Seleccion de Personal II
Como continuación de mi anterior post. ¿Os imagináis decir que sabemos nadar y no tener ni idea para conseguir un trabajo?. Pues esto ocurre en muchas ocasiones en personas que creen que “aumentando” sus habilidades y conocimientos conseguirán el trabajo, sin ninguna consecuencia.
El ejemplo más habitual en Recursos Humanos es el de los idiomas. Tengo que afirmar que el inglés, amén del resto de idiomas, es el déficit más grande a nivel de conocimientos que tenemos los españoles. Pero cuando acudimos a una entrevista de trabajo la conversación puede transcurrir más o menos así:
– Entrevistador: ¿Habla usted inglés?
– Candidato: Si, aunque lo tengo algo oxidado (momento de silencio que aguanta al entrevistador experto para ver la reacción)…. Tengo el First Certificate que me saque en la Academia Oficial de idiomas(¿en qué año fue eso?) y estuve un verano (un mes traducción del entrevistador en su mente) en Irlanda (seguramente bebiendo y hablando español con el resto de los españoles que está en Irlanda)
– Entrevistador: Bueno pues entonces mantengamos una conversación en Ingles. Off course?
– Candidato: Bueno la verdad es que tendría que coger un poco más de practica, pero tenía pensado apuntarme a una Academia (claro, que casualidad justo en este mismo momento ibas a hacerlo) para poder mejorar mi nivel de conversation.
– Entrevistador: El caso es que en su CV usted pone nivel de inglés alto
– Candidato: Bueno si (se masca la tensión), alto lo tenía, pero como he perdido practica pues ahora debo recuperarlo, pero ya te digo (empieza a retorcerse en la silla de entrevistas o de tortura) que en un par de meses (los más atrevidos hablan de en unas semanas) estoy a mi nivel habitual (que por supuesto es de un Profesor de Oxford). Por supuesto a nivel escrito tengo un nivel muy alto (claro con el Google traductor abierto para que directamente traduzca los mails que has de mandar)
Esta es una estampa habitual en el día a día de los Responsables de Selección de una Empresa o Consultora. ¿Cuál es la consecuencia?. Que el Reclutador desconfía a partir de ese momento del resto de las cosas que el candidato vaya a contarle, generándose un clima de descredito que ha empezado con una “mentirijilla piadosa” y que se soluciona con una Verdad sin paliativos: “No puedo mantener una conversación en Ingles en este momento”. Si la empresa que lo quiere contratar le parece que el candidato reúne las características de adaptación al perfil profesional requerido en la mayoría de las competencias, puede hacer una plan de formación personal para desarrollar aquellos conocimientos que necesita para tener un rendimiento óptimo en el puesto, como puede ser ponerle un Profesor particular de Ingles (conozco varios casos de estos) o de los conocimientos que deba desarrollar, pero como hemos empezado “exagerando”… la consecuencia suele ser la desconfianza por parte del Entrevistador. Lo que desde luego es ridículo que alguien que no sabe hablar (Y digo hablar y no tener tropecientos títulos de ingles) ingles acceda a un puesto cuyo requisito del poder entenderse en ese u otro idioma es imprescindible. Es lo mismo que querer ser Socorrista sin saber nadar, no tiene sentido.
Esto hace que muchas veces los de Recursos Humanos tengamos más rol de Investigadores en los procesos de Selección, más que de captadores de Talento. Debemos “descubrir” las mentiras para así no meter la pata en la posterior adaptación al puesto y a la compañía. En esta lucha el de Recursos Humanos que se equivoca es el primer damnificado ante su cliente interno, que es el responsable de la posición solicitada en la compañía, o bien tu colega de Recursos Humanos si reclutas desde una Consultora. Pueden decir más o menos esto: “¿Pero cómo cogisteis a fulanit@?”. Aunque los más atrevidos o “viejos” (según avanzas en edad vas perdiendo vergüenza) suelen responder de manera Asertiva: ”¿No recuerdas que TU también le entrevistaste y me dijiste que te parecía idóneo para el puesto?”
Muchos de mis compañeros de Recursos Humanos, arengados por la Dirección de la compañía, optan por seleccionar personas y si no son válidas prescindir de ellas al poco tiempo. Esto supone una gran rotación de personal y una gran carga de trabajo para mis compañeros.
Todos alguna vez hemos sido o seremos candidatos. Sirva esta reflexión para observar los beneficios de la sinceridad y los graves perjuicios de la “exageración” Aun así exhorto a mis compañeros de Recursos Humanos a que ayudemos al candidato desde el principio y en nuestra presentación hagamos una breve introducción sobre las consecuencias que tiene la “exageración”. Os aseguro que a modo de concienciación me ha funcionado y algunas personas han descubierto como “La Verdad les hizo libres”.
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