Las fiestas del pueblo

Una de las tradiciones que más me apasiona año tras año son las fiestas patronales de mi pueblo. Aunque he nacido y vivido en Madrid me considero de “Pueblo”. Mi precioso pueblo es una localidad ubicada cerca de Toledo y forma parte del enclave de los Montes de Toledo, su nombre es Noez. Preside el pueblo la majestuosa Sierra de Noez con una altura de 1.034 metros y famosa por las carreras de Bicicletas que se realizan habitualmente y por la maravillosa vista que preside el pico máximo donde existe un mirador.
Es Noez un municipio jovial y alegre donde sus habitantes se divierten y unen lazos de amistad a través de los diferentes actos que se realizan a lo largo del año, siendo los más representativos las Fiestas de la Cruz de Mayo, del primer domingo de Mayo, y las Fiestas en Honor del  Santísimo Cristo de la Salud, cuya celebración suele ser el segundo fin de semana de Septiembre.
Uno se emociona de participar en dichos eventos ya que suponen una tradición que perdura con el tiempo y es un nexo de unión entre los habitantes del pueblo y los que hemos tenido que dejarlo por motivos personales y/o profesionales. Encuentro de amigos, acompañados de alegría, banda de música y baile hasta altas horas de la madrugada.
Fue mi bisabuelo el que formo la primera banda de música del pueblo, y fue Director de la Banda durante muchos años, hasta que le sobrevino de repente la muerte al caer del campanario de la iglesia. No he sido un digno heredero de la genética musical de mi bisabuelo ya que lo máximo que toco son… los bongos, y a un ritmo cansino.
Es y ha sido reconocido Noez como uno de los municipios que más personas atraían por su famosa fiesta de disfraces, de donde acuden de todos los sitios para participar en la cabalgata o para observar el ingenio de los participantes. De nuevo he sido agraciado con varios premios de este Evento en la modalidad de Grupo, donde la alegría y el buen humor reinan entre las personas que nos disfrazamos. Obviare presentar alguna foto que puede ser comprometida para mí y que es indicativo de que la creatividad y la pérdida del sentido del ridículo van íntimamente ligadas.
Todos los actos que se celebran giran en torno de las relaciones sociales, el Refresco (limonada que invita la hermandad del Cristo de la Salud), el baile, los Eventos deportivos. Todo invita a relacionarse con los habitantes y con todos aquellos que como una llamada tribal se acercan en esas fechas aunque no lo hagan a lo largo de todo el año.
Mi emoción es tal que no puedo evitar hacer historia de todos los años que han pasado y como nos hemos divertido en compañía de personas que ya no están entre nosotros. Recordar a los seres queridos pasándolo bien es el mejor tributo que se les puede hacer, y es en momentos de reflexión cuando su imagen me aparece en los tiempos donde lo hemos pasado tan bien.
Uno no deja de sentirse de pueblo cuando llegan estos momentos y no me abandona la sonrisa al observar que muchos de mis familiares y amigos se encuentran reunidos y relacionándose con una alegría que debería ser habitual, aparcando sus problemas durante al menos un fin de semana.

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