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Gestión de la Tranquilidad y la Confianza
En ocasiones algunas personas me preguntan ¿Cuáles son la Claves para ser felices?. Partiendo de mi creencia de que la felicidad es un estado temporal, donde podemos aportar nuestra Actitud y el Compromiso con nosotros mismos para poder mantener ese estado el mayor tiempo posible, las dos claves más importantes con las que me he enfrentado a lo largo de mi vida personal y profesional son:
- Estar tranquilo
- Tener confianza en uno mismo, en mis capacidades y en que las cosas van a salir bien
No confundir la tranquilidad con la apatía o el pasotismo. Las técnicas de meditación hablan de un estado de calma en alerta. Esa «calma tensa» que nos permite estar tranquilos y serenos en la toma de decisiones, pero que nos mantiene tensos y activos para la acción.
Tranquilidad tampoco es descanso, aunque a veces se les relaciona. Puedo estar tranquilo y cansado. Pero si estoy descansado, sereno y alerta seguramente estaré en un estado óptimo para la toma de decisiones
Los momentos de más angustia en la vida son los de la intranquilidad. Cuando tenemos incertidumbre ante lo que puede pasar pueden inundarnos pensamientos negativos y pesimistas Dicen los expertos que las personas prefieren la infelicidad a la incertidumbre. Podemos añadir que preferimos la tranquilidad para conseguir la felicidad y afrontar la incertidumbre
Si la vida es Cambio entonces deberíamos tener el máximo tiempo posible un estado de tranquilidad para afrontar ese cambio constante.
En el mundo de la psicología y la medicina echo de menos expertos que midan el «estado de tranquilidad». Nos empeñamos en medir el estado de stress y ansiedad, poniendo el foco en el problema y lo negativo. ¿Pero qué tal si medimos que tranquilos estamos durante los momentos del día? Un estudio que refleje nuestros momentos de calma y los pueda conexionar con la toma de decisiones, nos puede dar evidencias sobre esta relación tranquilidad con decisiones acertadas o erróneas
A nivel médico el pulso, si el corazón nos va más rápido, la salivación o algunos síntomas físicos dan evidencias de nerviosismo o ansiedad. ¿Pero cómo medimos los pensamientos? Alguien aparentemente tranquilo puede estar muy nervioso o ansioso por pensamientos negativos. La medición por ondas cerebrales es una medida posible, pero no podemos ir por la calle enchufados a la máquina. En la era de la tecnología podríamos medir nuestro estado de ánimo respondiendo desde nuestro smartphone como nos encontramos. Lo mismo algún valiente se atreve pronto a hacerlo.
En el ámbito profesional es responsabilidad de los managers ser gestores de confianza. Otorgarla, dar y reconocerla. Deben generar ambientes tranquilos con la tensión necesaria para tener resultados. Si gestionamos la tranquilidad de nuestros colaboradores, podremos observar si los resultados son mejores cuando existe tranquilidad a cuando existe nerviosismo.
Y tú ¿Cómo te encuentras ahora? ¿Estas nervioso o intranquilo o sereno y en paz?
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