El sufrimiento no termina diciéndole a la otra persona que Deje de Sufrir

En nuestro animo de ayudar a otra persona podemos caer en la posibilidad de decir cosas que no ayudan para nada y no les sirva al que necesita ser ayudado

Conversación real entre dos amigos (estuve presente)

  • Amigo 1: “Estoy pasando un mal momento con eso que te he contado. No estoy bien”
  • Amigo 2: “Venga anímate. No es para tanto. Deja de preocuparte”
  • Amigo 1: “No puedo dejar de pensar en ello. Estoy todo el rato dándole vueltas”
  • Amigo 2: “Deja de pensar en ello. No vale la pena seguir dando vueltas a ese asunto”

¿Has tenido alguna vez este tipo de conversaciones?

¿Piensa que el “Amigo 2” ha ayudado en algo a su amigo?

He dejado subrayadas las palabras: Anímate. No es para tanto. Deja de preocuparte porque en mi opinión no sirven para absolutamente nada. No cumplen ningún requisito de ayuda a la otra persona. Al contrario. La otra persona se siente mal por no estar animado, pensar que si es para tanto para ella, y no poder evitar estar preocupada. Es decir, efecto contrario al deseado.

Cuando una persona esta sufriendo por un problema o adversidad, no le estamos ayudando diciéndole que “deje de sufrir”. Si acaso estaremos poniendole mas presión al asunto.

¿Cómo podemos actuar para servir de ayuda? Aquí van algunas herramientas que he visto que funcionan:

  • Escucha atentamente y sin interrumpir sobre lo que le hace sentir mal. La tendencia mas peligrosa de interrumpir un relato de sufrimiento es que la persona no termina de desahogarse hasta que “vomita” y suelta todo lo que tiene dentro. Déjale que se explique. Si se atasca Pregúntale con una pregunta abierta (por ejemplo ¿Cómo actuaste ante esa situacion?). Y sobre todo no estes en tus propios pensamientos. Practica la Escucha activa y Atención plena. Estas solo ahí, en ese instante. No en tus pensamientos o en el futuro próximo. Estas por y para tu amigo/a únicamente.
  • No des Consejos si no te los solicitan. Uno de los defectos de serie de la maquinaria humana es la tendencia a “aconsejar”. Esa capacidad de poder dar una opinión para resolver un problema debido a las “propia experiencia” o conocimiento sobre el asunto. El fallo a esto es que Tu no eres la otra persona. No puedes igualar lo que siente, su nivel de ansiedad, su histórico en la vida que le hace ver las cosas a su manera, su vivencia personal del asunto, y su punto de vista único por ser un Ser Humano diferente a ti(y a todos). Evita dar Consejos. Puedes practicar diciendo cosas que a ti o a otras personas que conoces les han funcionado, pero no como “formula magia y única”. Se trata de Apoyar sin tener que ser protagonistas al intentar Solucionar el problema de nuestro ser querido. Si tienes la tentación de dar Consejos, ponte en la situacion de como te sientes cuando te los dan a ti.
  • Haz Preguntas Poderosas. Algunas veces nuestro amigo/a se encuentra en una situacion donde no se ha respondido a algunas preguntas que le pueden hacer Reflexionar. Estas Preguntas Poderosas son lo contrario a consejos. Se trata de Analizar la situacion a través de cuestionamientos que quizás nuestro amigo/a no haya considerado. Y si lo ha tenido en cuenta entonces saltamos a otra Pregunta Poderosas. Algunos ejemplos de preguntas poderosas son los siguientes: ¿Te has planteado este punto de vista?¿Has comprobado que aquello que piensas es verdad o es correcto?(a veces creemos cosas que no son ciertas o que no están ocurriendo) ¿Cuáles son las alternativas que tienes para solucionar esto?
  • Ayúdale a derribar Creencias Limitantes. En ocasiones nos encontramos que nuestro interlocutor tiene una serie de Creencias arraigadas sobre el problema que le pueden limitar. Según la Inteligencia Emocional existen una serie de Preguntas / Cuestionamientos que nos pueden ayudar a “Derribar esas creencias”. Son las siguientes:
    • ¿Cómo has llegado a esa conclusión?
    • ¿Has preguntado a todo el mundo sobre tu creencia?
    • ¿Tu como lo harías?
    • ¿Qué piensas de esos datos, los has contrastado?
    • ¿Conoces a algunas personas que estén en una situacion diferente a tu creencia?
    • ¿Cómo lo harías? ¿Qué harías en lugar de eso?

Cuando una persona a la que amamos y apreciamos lo esta pasando realmente mal, su sufrimiento no acaba (ni disminuye) por decirle que deje de pasarlo mal. Se trata de poder ayudar a esa persona con técnicas y herramientas que le permitan discernir y poder solucionar lo que le ocurre. Estoy lanzando el Programa Dejar de sufrir en el trabajo. Si quieres que te de información escríbeme a contacto@angellargo.com

Comentarios

  1. Carlos dice:

    ¿Y si la persona que sufre está tan cerrada en sí misma que no deja que te acerques? ¿Es mejor dejarla en paz? ¿Hay alguna forma de intentar acercarte sin añadir más presión?

    • Ángel Largo dice:

      Carlos, gracias por tu comentario y tus cuestiones.
      En mi experiencia hay que gestionar los tiempos de acercamiento al «Ser Sufriente». Para ello hay que preguntarle sobre su estado de animo y su disponibilidad de tener una Conversación sobre lo que le pasa. Preguntas como ¿Cómo te encuentras? ¿Qué estas sintiendo? ¿Cómo estas gestionando lo que te pasa? ayuda a la persona a abrirse. Si te pide que le dejes en paz debes respetar sus tiempos y darle espacio para que pueda gestionar su Sufrimiento. En ese caso es bueno hacer algún acercamiento cada cierto tiempo sin agobiar, tipo ¿Cómo sigues? ¿Estas avanzando en lo que sientes? ¿Quieres que lo hablemos?. En algún momento la persona estará preparada para hacerlo

      • Carlos dice:

        Gracias, Ángel. No tengo complejo de salvador, pero me da miedo que no esté apoyándose en nadie y creo que yo ya he sido una fuente de estrés en el pasado, por lo que creo que no soy la persona más indicada. Sin embargo, me gustaría que supiera que de verdad estoy aquí para lo que necesite cuando lo necesite.

Escribe tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Entradas más visitadas