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El Despido Interior
La amenaza que se cierne sobre toda aquella persona que está trabajando en una organización es una sombra alargada: La posibilidad de ser despedido. Esto puede a llevar bloquearnos, a generar acciones incomprensibles, a precipitarnos, a escondernos y a cualquier acto que nos indique nuestro sentido de supervivencia laboral.
Pero hay una especie de trabajadores que habitan entre nosotros. A veces nos cuesta reconocerlos, aunque sus síntomas son evidentes. Se tratan de personas que han ejercido un despido interior, que consiste en un estado de ánimo que repercute directamente en su actividad, productividad y compromiso.
Suelen reconocerse por estar carentes de ilusión, exentos de ánimo y con baja energía, que incluso puede degenerar en un espíritu de negatividad que puede ser altamente contagioso a su entorno, y puede desarrollarse a lo largo de toda la organización.
El síndrome de Burnout se está generando en muchas compañías. La Wikipedia lo define de la siguiente manera:
El síndrome de burnout es un padecimiento que a grandes rasgos consistiría en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.
¿Cómo se llega a este punto?. En muchos casos se trata de una Ruptura del Contrato psicológico entre empresa y trabajador. Cuando empezamos a trabajar en una compañia firmamos un contrato laboral, pero hay otro contrato, que la mayoría de las veces no está por escrito, que es un contrato psicológico que se produce durante los primeros días o semanas de estancia del trabajador en la empresa, y que se gestiona durante toda la permanencia de la persona en la compañía.
Es entonces cuando se produce el Burnout, uno de los problemas más preocupantes en las organizaciones actuales, que genera un Despido interior, donde la persona ya se encuentra “despedida” y ajena a la organización, a sus objetivos, y a las personas que las componen.
Unos datos a analizar es que en España el 18 % de las personas se sienten Comprometidas ¿Qué pasa con el otro 82 %?. ¿Van al trabajo sin más a cumplir?
Otro dato más reciente es que está aumentando el número de personas que se van de sus empresas con una antigüedad mayor a 10/15 años. Algunas personas consultadas al preguntarles los motivos dicen que se van porque la compañía no les “da lo que necesitan”.
Cuando hablamos de Desmotivación es cuando alguien no encuentra motivos. Es entonces cuando se produce una productividad decreciente que es paralelamente proporcional a una conflictividad creciente tanto con su responsable directo como con sus compañeros.
¿Qué podemos hacer si detectamos estos casos en personas de la organización?. Las posibles soluciones pasan por dos acciones diferentes: O les retamos y renovamos su compromiso, tal y como explicaba en un post anterior
¸ o bien les dejamos ir, poniendo la comunicación al servicio de una situación que debe revertirse o terminarse.
Todo esto desde el respeto y la honestidad con aquella persona que en su momento tuvo un Compromiso con nuestra organización, y que ahora, por distintos motivos, está en una situación de Despido Interior.
Y tú ¿conoces a alguna persona que este ante un Despido Interior?
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