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Cuanto nos gusta hablar (sobre nosotros mismos)
Ya he tratado el tema de Aprender a Escuchar en otros post como ¿Por que no te callas? Aprende a escuchar ¿y otro que titule Las Conversaciones Cruzadas , donde invitaba a todos a poder mantener una actitud de Escucha activa ante los demás, y no estar pensando en lo que vamos a decir a continuación.
Pero fue en un acto reciente donde me he encontrado con personas que les gusta mucho hablar. Aderezado con unas cuantas reuniones donde también he observado el placer que les da a algunos a escucharse a ellos mismos, es cuando he llegado a las conclusiones de como actuamos, sobre todo en reuniones grupales de más de 3 personas, cuando nos toca el turno de hablar. Esto es lo que me suelo encontrar:
– Hablamos de Como Soy y como me comporto. Nos gusta definirnos como personas y a veces lo hacemos únicamente con un rol profesional. Pero sobre todo nos gusta ampliar esa información con nuestros Valores y que es lo importante para nosotros.
– También nos gusta definir Mis Logros. Que hemos conseguido, por qué motivo estamos orgullosos y pretendemos que los demás nos admiren. Decir en que he triunfado nos pone en un pedestal, a veces de superioridad, donde queremos y necesitamos ser admirados por las otras personas.
– Nos gusta expresar Mis opiniones. Aquello sobre lo que estamos convencidos que es así y no de otra manera. A veces son afirmaciones con rotundidad que pretendemos que no sean cuestionadas. Lo que opino forma parte de mí Ser y no voy a renunciar a ello. En muchas ocasiones no nos cuestionamos a nosotros mismos y hacemos oídos sordos a las opiniones de otros sin pensar que quizás el otro tiene una parte que merece ser atendida por mí para cuestionarme si lo que opino debo seguir haciéndolo. Palabras como la Verdad o la Razón hacen mucho daño a las relaciones sociales y personales
– Además nos gusta decir, sobre todo últimamente, Como me siento. Mis emociones son importantes y queremos compartirlas con las demás, independientemente que nos cuestionen sobre ellas o si les interesa saberlo. Yo soy el centro de Mi Universo y debo hacer que los demás sepan perfectamente cómo me encuentro, que siento y que llevo debajo de la piel.
Es aquí donde propongo un ejercicio interactivo con todos aquellos que quieran hacerlo y puedan permitírselo. En una reunión con más de tres personas, siempre que se considere que el nivel de atención que se debe prestar no es alto o ni tan siquiera bajo, probad a medir cuantas veces dice cada uno de los intervinientes en la conversación las siguientes palabras: Yo, Mi y Mio/s. Si después de este experimento vemos que la mayoría de las personas utilizan muchas repeticiones de estas palabras, su nivel de escucha y aceptación de las ideas de los demás es proporcionalmente inverso al número de repeticiones. El que tiene pocas repeticiones es al que deberíamos acercarnos con más interés. Si alguien en un discurso no utiliza ninguna de estas palabras estamos ante un potencial conversador que no se pone por delante a si mismo.
El experimento se puede completar con el control del tiempo de intervenciones, que seguramente tendrá una relación con la repetición de los Yo, Mi, Mio/s. Algunas personas se consideran muy interesantes porque hablan mucho, y lo que no se dan cuentan es que, como dijo Dale Carnegie en su libro Como hacer amigos e influir en las personas preferimos “buenos escuchadores a grandes conversadores”.
Pero ¿Cómo podemos hacer para que nos consideren interesantes conversadores?. Uno de los métodos es preguntar sobre lo que les interesa a los demás con preguntas abiertas. Si por ejemplo estamos en una tertulia de viajes y alguien se delata como gran conocedor de un lugar, país o ciudad en concreto, podríamos alimentar su discurso preguntándole “Me han dicho que en tal lugar la comida es algo picante ¿Pudiste comprobarlo?” o “¿Visitaste tal o cual sitio?”. No hay nada que guste más que hablar de lo que a los demás les apasiona y sobre lo que tienen gran conocimiento.
Pero volviendo al origen Cuanto nos gusta hablar de nosotros mismos. El probar a minimizar los Yo, Mi y Mio/s quizás nos sirva como ejercicio para hablar menos de nosotros y más de los demás.
¿Te atreves a hablar menos de ti y a escuchar más?
Si alguien realiza el ejercicio de contabilizar los Yo, Mi, Mio/s espero que lo comparta.
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