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Cambiar de Actitud es posible
¿Qué tienen en común Michael Jordan, Thomas Edison, Walt Disney, Steven Spielberg y Albert Einstein?. Seguro que muchas cosas pero lo que más me interesa es que ante un fracaso o un revés se superaron y mejoraron su actitud para poder conseguir sus objetivos. Todos ellos superaron las adversidades de no ser aceptados e inclusive augurarles un futuro negro en lo que luego triunfarían. Estas personas no se dejaron influir por las opiniones negativas de aquellos que deberían ser sus referentes como sus maestros, empleadores o personas con más experiencia que ellos.
Hace poco tuve una comida deliciosa con un Manager que cree que el cambio de la actitud de las personas es posible y me conto su reciente experiencia. Esta persona fue “fichado” hace poco por una compañía que quería dar una vuelta a su negocio. Su puesto era Director Comercial y Marketing y tenía que encargarse de un departamento de ventas con años a su espalda, acostumbrados a una metodología de trabajo, y cumplidores con sus tareas sin llegar a la excelencia. El primer escollo fue el que se titulaba “Director de Ventas” cuyo cargo le hacía posible candidato para el puesto que ocupo mi amigo. Era previsible encontrar resistencia en esta persona, ya que en su mente y su corazón pesaban el no haber sido elegido para esa responsabilidad.
Por otro lado se encontró un equipo de ventas dividido, sin objetivos claros y en las reuniones de ventas volaban los cuchillos y la tensión se mascaba, llegando a faltarse personalmente. Mi amigo el Manager tomo la determinación de estar observando durante varias semanas como se comportaban todas las personas. Casi no hablaba en las reuniones, ni tampoco daba instrucciones claras, solo observaba. Una vez que había terminado su periodo de observación decidió pasar a la Acción. Lo primero que concluyo es que quería tranquilizar a su equipo. Debía rebajar las tensiones existentes y para ello hablo individualmente con cada uno de ellos para poder establecer objetivos claros de su trabajo, darles a saber que esperaba de cada uno de ellos, y mostrar todo su apoyo en el cumplimiento de dichos objetivos. Si una persona sabe a qué atenerse eso le da seguridad y le permite tranquilizarse. Esto permitió que la tensión se rebajara, las reuniones empezaron siendo más amables, en un clima de respeto y apoyo que antes no existía.
El siguiente paso fue tratar de conseguir que las personas “se lo pasaran bien en su trabajo”. Les invito a actividades divertidas conjuntas, que pasaran un buen rato. Cambio el formato de las reuniones proponiéndoles juegos y orientar la reunión a un formato más ameno y más dinámico. Los resultados no se hicieron esperar, la unión del equipo se fortaleció y surgió una iniciativa de un grupo de wasap entre los miembros del equipo de ventas titulado “Vamos a venderlo todo” en homenaje a uno de los videos más divertidos que he visto sobre “Motivación de ventas” en los últimos tiempos
Hace poco mi amigo tuvo una comida con el Director de Ventas, aquel que podía ser un obstáculo para sus objetivos, y le confeso que ya no iba al trabajo por un reconocimiento de un título, de una tarjeta, ni por un bonus, ni siquiera por un salario mayor o menor, sino que su motivación diaria era divertirse y ver los resultados de su trabajo. A lo que en una escena emotiva le pego un abrazo a mi amigo dándole las gracias por haber venido a la compañía.
Los resultados de su equipo han subido un 30 % y la rentabilidad ha mejorado. Ahora las reuniones son divertidas y se proponen actividades fuera de la oficina, cuando anteriormente la tensión entre ellos era palpable.
Sus pasos parecen simples pero están cargadas de lógica de gestión de personas:
- Tranquilizar
- Dar seguridad y establecer objetivos claros
- Motivar con actividades divertidas
- Dejar que el grupo tome sus decisiones
La historia de mi amigo me recordó un relato corto que leí de Javier Carril ( @JavierCarril ) de Execoach titulado Mi jefe es un Samurai Mi-jefe-es-un-samurai1[1] donde contaba una historia similar de equipos tensionados que cambiaron de actitud.
La actitud puede cambiar, bien gestionada por un responsable de equipo, y también por convencimiento personal.
Y tú ¿Puedes cambiar tu actitud?
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