¿Que solemos esperar de los demás?

En el año 2013, durante el mes de agosto, que suele ser un mes muy productivo para a mí a nivel intelectual, publique un artículo, que fue bastante visionado y viralizado, titulado: Las expectativas generadas en los demás

Las expectativas generadas en los demas


En estos momentos quiero hablar de la Gestion de las expectativas propias, es decir, que esperamos de los demás.
Hace poco pude ver una comedia de la saga de Bridget Jones, concretamente la segunda entrega, donde los líos y malentendidos que se producían daban una deliciosa amalgama de situaciones disparatadas.
Quise profundizar en el sinsentido muchas veces de la falta de comunicación entre los seres humanos apoyándome en esta película. Ademas logre visualizar una realidad cotidiana: Las expectativas que tenemos de los demás.

Cuando nuestras expectativas sobre los demás se cumplen, entonces decimos que somos felices. Pero cuando no es asi, pasamos a estar desilusionados, frustados y descontentos.
Tal es asi, que la falta de transparencia y honestidad en nuestra sociedad sobre que esperamos de una persona, nos hunde en una situación de “Yo creía que….”, “Pensaba que te ibas a comportar de tal manera….”, que supone un reproche directo y un enfrentamiento con personas de nuestro entorno.
Muchas personas se acercan a mí, y yo a otras personas, para intentar venderme algo. Se que vienen con esas intenciones, no para establecer una amistad profunda y sincera. Acepto la situación, sin esperar nada más, sin generar falsas expectativas.
¿Qué pasa cuando se generan expectativas en las organizaciones?. Cuando las personas que trabajan en una compañía, se hacen una composición de lugar sobre su situación personal, y esperan algo de las personas que le rodean, sus compañeros, su superior, los dueños de la empresa, y esta no coincide con las expectativas de las otras personas, se produce una disonancia que puede terminar en conflicto.
Cuando los managers generan unas expectativas en las personas de su equipo, que no se ven cumplidas, eso puede generar frustración, desencuentro y en último extremo huida del talento.

Por eso es importante gestionar las expectativas, tanto las nuestras como la de los demás. Preguntar ¿Qué esperas de mí? no debería ser una conversación tabú o desagradable.
Podemos empezar así: “Hola jef@, empezamos un nuevo año laboral y me gustaría saber que esperas de mí en este curso. A cambio te contare que espero yo de ti y la compañía. Si te parece podemos contrastar nuestras expectativas y ver donde estamos cercanos o alejados y que debemos construir para poder satisfacer nuestras expectativas mutuas”. ¿Seria tan difícil o impensable esta conversación?

La expectativa y la exigencia conviven a diario. No solo queremos que se cumpla lo que esperamos, sino que a veces lo exigimos y esperamos que sea asi en tiempo y forma, según nuestras necesidades o vision de los asuntos.
Gestionar la diferencia es parte de la formulación de expectativas. Los demás no son iguales que yo, no hacen las cosas como yo, no esperan lo mismo que yo, ni tienen los mismos deseos que yo. Así que a la vez que YO vienen los DEMAS. Dar entrada en nuestra vida a las expectativas propias y de los demás es mejorar las relaciones humanas para conseguir objetivos comunes.

Comentarios

Escribe tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Entradas más visitadas